
Este proyecto busca combinar poesía, música y performance, para crear un cuerpo interdisciplinar, una «harmonía» y al mismo tiempo un estremecimiento, una ruptura. El arpa evoca así una atmosfera insólita donde la experimentación tiene su lugar primordial al explorar nuevos territorios. La voz existe también como instrumento performativo, procurando establecer una relación no solo con el arpa, sino también con el público en forma de ritual.
Se busca el cruce de varias artes en las cuales el espectador pueda utilizar activamente sus percepciones, asociaciones, memorias y discurso. Se ensalza así la importancia central de la improvisación y del “dejar venir fortuito”. Se inventa un lenguaje propio, único, e irrepetible.
4 de noviembre de 2019 | Palacio Foz (Lisboa)