
En nuestra civilización occidental, la Iglesia ya desde sus orígenes comprendió la formidable capacidad de la música para amplificar el sentido de la oración y mover a la piedad: la música religiosa floreció en monasterios y catedrales. A finales de este periodo, cuando los propios canónigos no eran suficientes para cubrir las necesidades de repertorio religioso, la jerarquía eclesiástica se convirtió en mecenas generoso y exigente, en la convicción de que belleza y fe no sólo no están reñidas, sino que deben colaborar para dar gloria a Dios.
A partir de la instalación definitiva del Humanismo en el Renacimiento, la música religiosa fue cediendo terreno a la profana en las manifestaciones artísticas de la sociedad, a la par que la música vocal lo hizo con la instrumental, en un proceso que duró varios siglos. Sin embargo, a pesar de los augurios más pesimistas sobre su pervivencia, en nuestros días continúa existiendo una producción muy respetable de música religiosa, que con un lenguaje actual, sigue cumpliendo con su función de mover el espíritu.
El programa Ai mi Dios recoge obras del repertorio religioso occidental desde el Medievo hasta la actualidad y se completa con unas pinceladas literarias religiosas de autores contemporáneos de lengua hispana.
19 de julio de 2019 | Monasterio de Lorvão (Penacova)
Cistermúsica- Festival de música de Alcobaça